lunes, 19 de octubre de 2015

Real Madrid vs PSG 2015: UEFA Champions League (Cristiano Ronaldo vs Ibrahimovic)

¿Qué me miras?. Cristiano Ronaldo, por Real Madrid, y Zlatan Ibrahimovic, por PSG, serán los protagonistas del duelo más electrizante de la tercera fecha de la Champions. Los “cracks” se medirán el miércoles en Parque de los Principes de Paris.

 Mientras que, el luso solo suma tres anotaciones en sus últimos cuatro partidos y aún no está en su mejor momento con Real. Sin embargo, “CR7” le lleva la ventaja cada vez que se enfrentaron. De 9 enfrentamientos, Ronaldo le ganó 4, empataron 4 y Zlatan solo ganó 1. 

Y eso no es todo, el portugués (6) le anotó el doble de goles al sueco (3) en los 9 partidos que chocaron. Pero, Ibrahimovic está seguro que sacarán adelante el partido. “El equipo sabe cómo jugarle al Real Madrid. Será un encuentro diferente, pero estamos listos. Jugaremos en casa y será divertido “, acotó. Nadie creía el triunfo parcial del Real Madrid al descanso. El duelo había nacido con la intensidad que siempre promete el cara a cara entre dos equipos que deben demostrar que aspiran al título. La presión arriba francesa asfixiaba al conjunto blanco, con Casemiro de eje sin encontrar balón y Kroos buscando su sitio más adelantado.
El PSG necesitaba marcar para asaltar el liderato y salió por ello. Un triunfo en el Bernabéu da grandeza, quizás el impulso definitivo para estar entre los mejores de Europa. El panorama se presentaba feo y Cristiano iniciaba, en la zona del nueve, una guerra por su cuenta. Chutaba con ansiedad desde su casa a los cuatro minutos. Junto a otro lanzamiento de falta lejano fueron sus únicos argumentos que no saciaron su ansiedad en el primer acto.
El Real Madrid no funcionaba y hasta le venía bien el parón que sufrió el partido por una brecha de Isco y la lesión de Verratti. El PSG perdía su cerebro pero no lo acusaba. Di María fue el encargado de encender de nuevo el encuentro. Dolido en su orgullo en la casa donde lo ganó todo pero no fue reconocido económicamente como él pensaba que merecía.
Ante la injusta indiferencia con la que fue recibido el nombrado mejor jugador de la final de la Décima, el argentino se desquitó con un gran partido. Mostró sus virtudes dando velocidad a cada acción. Lanzando un sombrero y un pase al espacio, asistiendo a Cavani e Ibrahimovic que traían de cabeza a la zaga blanca. La falta de ayudas de Jesé en el costado izquierdo blanco las aprovechó a la perfección Di María. A los 21 minutos inventaba la acción que terminaba en un mal disparo de Matuidi a manos de Keylor.
El costarricense no pudo ni ser el salvador habitual. Sus estiradas no llegaron a disparos de Ibrahimovic que de ir a puerta habrían sido gol. Acarició la madera del poste con un toque de genio. Acomodó el cuerpo y con el interior de su pie derecho buscó el ángulo donde nunca llegaría el portero madridista. Repitió guión en una falta lejana con una potencia endiablada.
El Real Madrid estaba siendo superado. Isco enclaustrado en banda izquierda, sin noticias de Modric ni Kroos y el panorama se afeaba con la lesión del único jugador sin sustituto natural. Marcelo decía basta tras jugarlo todo en Liga y ser tras Cristiano el que más minutos acumulaba. Entró Nacho, tocado con una varita mágica cuando un disparo de Kroos lo rechazó la defensa, Trapp salió de su zona de seguridad sin sentido y el balón llovió del cielo a la bota del defensa, que sin dejarla caer, acomodó el cuerpo y la acarició, escorado, al fondo de la red.
El premio inmerecido para el Real Madrid no afectó al PSG que buscó el empate sin descanso. Rabiot chutó al poste y lo rozó en otro disparo posterior. Cavani aún piensa en cómo no llegó a impactar con su cabeza un centro perfecto de Maxwell en boca de gol y por qué se cruzó Nacho en línea de gol cuando había superado con un balón picado a Keylor Navas en un mano a mano.
Nada cambió en la reanudación, apenas más posesión sin desequilibrio en el Real Madrid que fue reculando metros y agarrándose al final al contragolpe como único arma. La exhibición de Di María se extendió. Alejado de la presión fue el mejor. Regates y jugadas hasta la extenuación pero el PSG había dejado de terminarlas. Su peligro se fue apagando. 'Ibra' y Cavani ya no aparecieron.
Todo dependía de Di María. En sus botas estuvo el empate. Nada más nacer el segundo acto al pinchar un balón en largo y chutar a las manos de Keylor, y al cierre, con una falta que estrelló en el larguero. Entre medias los intentos franceses se fueron transformando en impotencia. La misma que sentía Cristiano, que corrió sin premio y solo tenía una nueva oportunidad, también chutando de lejos, en una noche para el olvido.
A la velocidad del contragolpe Isco probó a Trapp, que reaccionó bien cuando el disparo desde la frontal lo desvió David Luiz y en una acción de Lucas Vázquez tuvo la sentencia pero la sacó bien abajo el portero del PSG.
Un nuevo poste de Di María en un saque de esquina antes de su falta final fueron el epílogo a un gran duelo en el que el Real Madrid mostró que es un equipo a medio hacer. Los resultados le avalan. Líder en Liga y clasificado a octavos de final de Liga de Campeones. Las sensaciones no van a la par y su afición silba. La dosis de fortuna no da títulos.

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